APUESTA POR LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

El concurso de robótica Vilabot reúne en Vila-real a 220 alumnos de 12 centros de España

Participan alumnos de institutos de la Comunitat Valenciana, incluidos cuatro de Vila-real, así como de otros territorios como Murcia o Madrid

Un total de 220 alumnos de Primaria y Secundaria de 12 centros educativos de la Comunitat Valenciana, Murcia y Madrid se dieron cita ayer en una nueva edición -la tercera en Vila-real y la cuarta contando la celebrada el pasado año en Aveiro, en colaboración con un instituto de la ciudad portuguesa- del concurso de robótica Vilabot. Desde sus inicios en el 2019 ha experimentado un crecimiento exponencial, multiplicando casi por tres la cifra de 80 participantes de la primera cita.

«El objetivo de esta iniciativa no es otro que el alumnado adquiera competencias y ponga en valor sus conocimientos en programación digital, un campo que está presente en todos los sectores productivos y en la sociedad en general», apunta el director del centro vila-realense, Vicent Llop.

En este certamen tomaron parte estudiantes de Vila-real, tanto del centro anfitrión como del IES Miralcamp, el Colegio Santa María y el de Educación Especial de La Panderola. Y también otros llegados de municipios como Puçol, València, Castelló, Cartagena o Arganda del Rey.

Los estudiantes tuvieron que superar diderentes retots con sus robos programados por ellos mismos.

Los estudiantes tuvieron que superar diderentes retots con sus robos programados por ellos mismos. / JOSEP CARDA

Una década del nuevo proyecto educativo

El alcalde, José Benlloch, visitó a última hora de la mañana el espacio habilitado para la competición de robótica y destacó que «Fundación Flors suma ya una década de trabajo en un proyecto educativo, en colaboración con el Ayuntamiento de Vila-real y en torno a nuestras marcas de Ciudad de la Ciencia y la Innovación y Ciudad Educativa, para formar a los niños y jóvenes en las nuevas tecnologías.

El munícipe auguró que, por la trayectoria de Vilabot, «este será un concurso que no tardará en traspasar fronteras y convertirse en internacional, por el interés que despierta y porque también se trabaja con fondos europeos a través del proyecto Erasmus+».

Además, Benlloch incidió en el componente ético en el uso de las nuevas tecnologías. Y es que los retos a superar en el certamen tienen un relato humanitario y de protección del medio ambiente.